1. Toma tu fiel barbero y recorta el bigote hasta entre unos 3 a 5 mm. Selecciona un ajuste más largo para los extremos cercanos a la boca.
2. Con el recortador de precisión, recorta un ángulo hacia abajo siguiendo la línea de los labios, hasta la comisura. Deja una franja de vello de entre unos 5 a 10 mm de ancho.
3. Continúa con una lámina pequeña, con cuidado de mantenerla en posición vertical. Esto definirá los bordes y mantendrá limpia el área alrededor del bigote.
4. Crea una zona cuidada con bordes redondeados en el centro del bigote. Imagina que son dos renacuajos a punto de besarse. Puedes utilizar cera y un cepillo o, si tienes el pelo rebelde, una cuchilla.
5. Apura el afeitado de las mejillas, la barbilla y el cuello, poniendo especial cuidado alrededor del bigote. Para ello, realiza movimientos circulares suaves con una afeitadora rotatoria.
6. Sé paciente, ahora debes mantener la forma y esperar a que crezcan los extremos.
Estilo y mantenimiento
Ten a mano la cera, ya que cuando te crezca el bigote tendrás que moldearlo todos los días.
¡Prepárate, este estilo es salvaje!
El bigote húngaro fue muy popular en el siglo XIX, especialmente entre los vaqueros del salvaje Oeste como Wyatt Earp. Ni que decir tiene que se necesita mucha clase para atreverse con este llamativo estilo. Es muy posible que llames la atención a tu paso, así que úsalo con precaución.
El bigote húngaro también se conoce como bigote de manillar por su similitud con el manillar de una bicicleta. Son como la versión del Fu Manchú para chicos buenos.
Al igual que el Fu Manchú, el bigote húngaro requiere muchos cuidados. Viene bien tener la típica cara cuadrada de un vaquero. Y no te vendría mal conseguir una pipa... y un caballo.