Cuando esté cerca del final de su embarazo, debe tener su bolso para el hospital empacado y listo. Puede que le resulte útil tenerlo en la puerta delantera o en la cajuela de su carro para que siempre esté con usted. Incluso si desea tener un parto en casa, debe empacar un bolso para el hospital solo por si acaso.
A medida que su instinto de madre aflora, puede encontrarse desempacando y empacando este bolso una y otra vez, solo para asegurarse de que sea perfecto. Es importante que hable con su pareja sobre el contenido del bolso para el hospital y sobre cómo se empaca. Después de todo, su pareja será quien busque algo de manera desesperada mientras usted enfrenta los dolores del trabajo de parto.
Necesitará ropa cómoda para el hospital y para viajar a casa. Recuerde que probablemente seguirá teniendo panza durante las primeras semanas después del nacimiento. También necesitará pijamas, camisón o ropa de descanso cómoda para su estadía en el hospital, toallas sanitarias o almohadillas de maternidad (lleve muchas de estas) y ropa interior de algodón cómoda.
Gel de ducha, champú, cepillo para el cabello, cepillo dental y cualquier otra cosa que crea que necesitará.
Es posible que tenga hambre durante la primera etapa del trabajo de parto. Asegúrese de tener algunos bocadillos por si acaso, como alimentos pequeños y fáciles de digerir, por ejemplo, pasteles de arroz, caramelos de jalea y, por supuesto, agua. Las bebidas isotónicas pueden ayudarla a mantenerse hidratada para reponer los minerales y nutrientes de su cuerpo. Las barras de cereal y las bananas también pueden ser útiles después del nacimiento.
Es posible que en algunos hospitales no le permitan comer durante el trabajo de parto por si necesita una cesárea no planificada o de emergencia. Hable con su equipo de maternidad antes de la fecha de parto o cuando llegue al hospital.
Por ejemplo, una bola de nacimiento, aceites para masaje o un altavoz. Básicamente, todo lo que desee tener a mano durante el trabajo de parto. Un rociador de agua o una franela son buenas formas de mantenerse fresca.
Los labios secos son una queja común durante el parto, así que tenga un poco de bálsamo labial a mano.
Los pies fríos son otra queja durante el parto, así que asegúrese de haber empacado muchos calcetines cálidos.
Algunos hospitales ofrecen toallas, así que averigüe con anticipación si necesita empacar las suyas.
Si planea amamantar, también debe comprar una crema para pezones para los primeros días.