Evaluando los beneficios de un estudio del sueño

 

Harry Hawk, 51 años, de la ciudad de Nueva York, fue a realizarse su primer estudio del sueño en el año 2008. “Dejé de respirar 180 veces en seis horas”, comentó al respecto de los resultados del estudio. Se le diagnosticó apnea obstructiva del sueño y se le colocó un dispositivo CPAP, que le permitió reducir sus síntomas. Pero, recientemente, cuando Hawk perdió peso, su médico le solicitó realizarse un nuevo estudio del sueño para reevaluar su afección.

 

“Antes de la primera prueba, me imagino que probablemente tuve poco o nada de sueño REM por un período de hasta cinco años”, expresó Hawk.

 

Un estudio del sueño o polisomnografía es una prueba indicada por un médico en la cual los pacientes son monitoreados mientras duermen. De acuerdo con Mayo Clinic, la mayoría de las polisomnografías se realizan en un laboratorio de sueño, en donde los médicos o especialistas supervisan las ondas cerebrales, las etapas del sueño, la respiración, el movimiento de la pared torácica y el movimiento abdominal. “La prueba se utiliza para determinar si una persona tiene apnea del sueño, lo que incluye si las vías aéreas se cierran automáticamente o si el paciente no intenta respirar en absoluto”, afirma Robert Rosenberg, médico especialista en afecciones pulmonares y en medicina del sueño certificado por la junta y director médico de Sleep Disorders Center of Prescott Valley and Flagstaff.

 

Durante el estudio, se debe conectar al paciente a diversas máquinas, incluido un electroencefalógrafo (EEG), que mide la actividad eléctrica del cerebro de la persona. Aunque puede parecer incómodo, Rosenberg destacó que, de hecho, en promedio, un 80% de las personas que se realizan la prueba duerme toda la noche. Para aquellas personas que no pueden dormir en el laboratorio, hay otros dispositivos portátiles que permiten realizar estudios del sueño en casa.

 

El estudio del sueño puede mostrar las pausas en la respiración, la frecuencia de episodios de despertares y las caídas intermitentes en los niveles de oxígeno en sangre. En base a los resultados, los médicos pueden determinar el tipo y la gravedad del trastorno del sueño de una persona y el tratamiento adecuado.

 

“Si el estudio del sueño detecta apnea en la primera o segunda hora, podemos comenzar el tratamiento esa misma noche, llamado estudio dividido”, explicó Rosenberg. “Por otro lado, si no se manifiesta apnea del sueño hasta más adelante en la mañana, [el paciente] deberá regresar y deberemos prepararlo para usar un dispositivo CPAP”.

 

El CPAP es el "tratamiento estándar habitual para la apnea del sueño”, agregó Rosenberg.

 

El tratamiento para la AOS con CPAP puede reducir el riesgo de ataque cardíaco de una persona entre un 3 % y un 5 %, así como puede reducir la incidencia de diabetes, los cambios de humor y el trastorno de estrés postraumático. Lo más importante es que el uso de un dispositivo CPAP puede aumentar el estado de alerta diurno y reducir accidentes, agregó Rosenberg.

 

Un estudio del sueño es la mejor manera de obtener un diagnóstico preciso de la apnea del sueño y, para alguien que padece esta afección, puede significar una excelente inversión en tiempo. Si sospecha que usted o un ser querido tienen apnea del sueño, realice este cuestionario en línea para saber si debe tener una conversación con su médico. Y, si se le recomienda realizarse un estudio del sueño, no olvide empacar su pijama.

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