Es difícil definir las mejores prácticas para la gestión de alarmas porque la configuración que funciona bien para un servicio y tipo paciente específico, no funcionan con otros.
Esto plantea un reto a la dirección de enfermería, los responsables del servicio y de calidad. Existe una necesidad evidente de liderar el cambio para mejorar la gestión de las alarmas, pero no supone una tarea sencilla si no se dispone de unas prácticas claras y basadas en evidencia.
Aunque las estrategias deben adaptarse a las condiciones únicas de cada hospital o unidad, hay unos pasos sencillos que pueden seguirse y que están basados en algunas de estas estrategias.
Por qué: Los profesionales sanitarios pueden optimizar el rendimiento de la monitorización de SpO2 mediante la personalización de sus ajustes con el fin de que emitan una alarma fiable cuando se requiera actuación.
Cómo: Los equipos multidisplicinares de gestión de alarmas estudian los informes de alarmas para determinar aquellas que no requieren actuación e identificar los cambios en los ajustes.
Resultado: Un cambio tan pequeño como reducir el límite inferior de SpO2 en un 1 por ciento puede reducir significativamente las alarmas que no requieren actuación. Esto se puede aplicar también mediante el uso de retardos en la señal que permitan la autocorrección.
Por qué: Mediante el ajuste de los niveles y límites de alarma para adaptarse a las necesidades específicas de cada paciente, se pueden reducir las alarmas que no requieren actuación.
Cómo: En función del tipo de paciente de la unidad (pediátrico, neumología, etc.) se identifican los ajustes predeterminados adecuados. Para ello, hay que desarrollar una política junto con un proceso de formación, que permita al personal de enfermería personalizar aún más los ajustes de las alarmas para adaptarlas a las necesidades específicas de cada paciente.
Resultado: Establecer una configuración predeterminada adecuada para cada unidad y paciente, lo que ahorra tiempo y fomenta un rendimiento de las alarmas más preciso.
Vea cómo un consultor de alarmas de Philips alerta a un profesional cuando parece que el sistema de alarmas de un paciente podría tener unos ajustes demasiado sensibles.
Por qué: Formar al personal de enfermería puede reducir las falsas alarmas y aumentar la eficacia operativa. También promueve la coherencia en las acciones y los tiempos de respuesta.
Cómo: Formar al personal antes, durante y después de implementar nuevos protocolos y procesos. Para ello, debe comunicarles por qué se realizan estos cambios y cómo les va a beneficiar a ellos y a sus pacientes. Asegúrese de que el personal está capacitado para reconocer las señales de alarma y solucionar problemas.
Resultado: Una plantilla con formación, preparación y capacitación puede distinguir entre las alarmas que requieren actuación y las que no, resolver problemas con mayor rapidez y realizar sus tareas con mayor eficacia.
Gestión de alarmas - Principios básicos
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Notas al pie: [1] Philips. “Taking alarm management from concept to reality: a step by step guide”, accessed 2017, https://www.usa.philips.com/b-dam/b2bhc/us/whitepapers/alarm-systems-management/An-action-Plan.pdf
[2] Cosper, P., et al. “Improving Clinical Alarm Management: Guidance and Strategies”, Biomedical Instrumentation & Technology, March/April 2017, pp. 109–115.
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